Datos para la democracia

II Encuentro del ciclo sobre Derechos Digitales organizado por Fundación Telefónica
Jornada Datos para la Democracia. La arquitecta Marina Otero y el investigador, Evgeny Morozov, moderados por Marta Peirano.

El cambio en la gestión y el uso de los datos sólo será viable con un cambio de modelo social e institucional

El investigador Evgeny Morozov y la arquitecta Marina Otero reflexionan sobre la soberanía de los datos y la sostenibilidad de sus infraestructuras

El investigador bielorruso sobre las implicaciones políticas y sociales de la tecnología, Evgeny Morozov, y la arquitecta e investigadora de infraestructuras digitales y crisis climática, Marina Otero, han analizado en el encuentro “Derechos digitales: datos para la democracia” las consecuencias de la digitalización y la Inteligencia Artificial desde la perspectiva de la gestión de los datos, su soberanía, sostenibilidad y su uso por parte de las instituciones públicas y privadas.

Investigador Evgeny Morozov

Moderado por la periodista Marta Peirano, es el segundo encuentro organizado por Fundación Telefónica dentro de las actividades del Observatorio de los Derechos Digitales impulsado por Red.es junto a 18 entidades públicas y privadas, para promover y proteger la implementación de un amplio abanico de derechos en el entorno digital.

Desde un contexto general, Evgeny Morozov, autor del ensayo “Socializad los centros de datos”, ha estudiado aquellas iniciativas en las que el uso de los datos, hoy en manos de unas pocas empresas privadas que hacen negocio con ellos, fueron gestionados por los estados con el fin de ponerlos al servicio de la sociedad y del Estado. Para ilustrar esta idea, cita el proyecto Cybersyn de Chile de 1971, que intentó manejar todos los procesos digitales de las industrias del país con una red primitiva de internet, con el fin de poder impulsar el desarrollo económico e industrial del país desde las instituciones públicas. Mientras que el proyecto funcionó en sus inicios, Morozov recuerda que su ineficacia fue motivada por la propia estructura del Estado, incapaz de gestionar esta información y aplicar todo el conocimiento en el desarrollo industrial del país, tal y como refleja en su podcast The Santiago Boys.

La conclusión para Morozov es clara: la socialización de los datos es importante, pero no sirve de nada sin hacer un debate más amplio sobre la gestión y el desarrollo de los modelos de las administraciones públicas. Para el investigador bielorruso, si sólo se habla de los datos desde el punto de vista del lucro, que ahora está en manos de unas pocas empresas, y no se tiene en cuenta cómo las instituciones públicas van a gestionarlos, el proceso es un fracaso.

De forma paralela, Marina Otero dibujó un panorama en el que los centros de datos se convierten en elementos no eficaces, debido a que son infraestructuras que consumen una gran cantidad de agua y energía, que incluso llegan a necesitar de minicentrales nucleares para funcionar. Por este motivo, la arquitecta cree que sus beneficios para la sociedad son cuestionables en los modelos actuales y recuerda que hay muchas voces alertando de esa situación.  

Otero ha estudiado los más importantes centros de datos del mundo, hoy en manos de 10 empresas. Desde ese conocimiento, “abogo por la ecología de los datos, es decir, no almacenar todo tipo de información para hacer un uso comercial, y empezar a hacer categorías con lo que puede ser importante o efímero, y lo que no”.

La arquitecta ha estudiado las infraestructuras de centros datos que hay en Chile, donde en estos momentos operan 22 centros, 16 de ellos en Santiago, a los que se unen zonas de extracción de litio, material esencial en la industria tecnológica. Entre las comunidades hay protestas, pues consumen una enorme cantidad de agua en una zona azotada por la sequía, y están empezando a acabar con los acuíferos locales. Marina Otero explica cómo, gracias a estos movimientos sociales, el gobierno chileno ha decidido hacer un plan nacional, en el que sin renunciar a la presencia de estas compañías en el país, se pueda trabajar desde modelos de infraestructuras sostenibles.  

Para Morozov, debemos caminar hacia tecnologías que pongan al ser humano en el centro, “hay que imaginar modelos que no vienen desde el mercado, que no busquen el lucro. Hay que desarrollar nuevas tecnologías, proyectos alternativos, inspirados por dimensiones culturales, porque todo no puede basarse en la dimensión económica”. A su juicio, todo pasa por crear infraestructuras tecnológicas y sociales que ayuden a poner al ser humano en el centro, creando una percepción diferente del mundo, visualizando las consecuencias de las decisiones que tomamos y ayudando a pensar de modo más complejo. Se trata de humanizar los mercados y los procesos, pero siempre desde una visión más amplia, una política cultural y social. Como ejemplo, cita un modelo tradicional que siempre ha funcionado y que sigue haciéndolo: el de las bibliotecas públicas.

En cuanto al diseño de centros de datos, Marina Otero avanza que se están estudiando modelos alternativos, como el uso del calor generado por esas plantas en usos cotidianos como calentar viviendas o secar madera en fábricas. “La propuesta son infraestructuras más pequeñas y descentralizadas, con una relación diferentes con los datos, como servidores más lentos o con otros que funcionen como energías renovables”, explica. 

Arquitecta Marina Otero

Un ciclo de encuentros para visibilizar los derechos digitales Por su parte, Pablo Gonzalo, responsable de Cultura Digital y del Espacio Fundación Telefónica, destacó en las palabradas de bienvenida del encuentro lo llamativo que resulta que no sepamos cuáles son nuestros derechos digitales a pesar de que buena parte de nuestra vida transcurre en ese ámbito: “lo que pretendemos con este ciclo es que todo el mundo pueda conocer sus derechos en el mundo digital, y al mismo tiempo, sepa cuáles son sus deberes y responsabilidades”.

Pablo Gonzalo Responsable de cultura Digital y del espacio Fundación Telefónica

Por su parte, Juan Miguel Márquez, subdirector adjunto de Estrategia en el ONTSI, señaló que el 35% de los europeos desconocen que en el entorno digital los derechos son los mismos que en todos los ámbitos, a la vez que crece la desconfianza de que las instituciones públicas puedan garantizarlos. Por eso, defiende la puesta en marcha del Observatorio de los Derechos Digitales donde unos 200 grupos de investigación y más de 300 expertos integran una red de investigación, promoción y protección.

Subdirector adjunto ONTSI Juan Miguel Márquez

El encuentro íntegro aquí: 

https://www.youtube.com/watch?v=A8lPvt74nCg&t=4796s 

“Esta acción se ha realizado al amparo del Convenio suscrito entre Red.es del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública y Fundación Telefónica para el impulso a la implementación de la Carta de Derechos Digitales en la creación del Espacio de Observación de Derechos Digitales. Las actuaciones están financiadas por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a través de los fondos NextGenerationEU”